Las articulaciones son el punto en el que los huesos del esqueleto entran en contacto entre si, formando las estructuras que permiten la flexibilidad y movilidad del cuerpo. Están formadas por el cartílago, una tipo de tejido conectivo fibroso y bastante resistente al desgaste, que hace de “almohadilla” evitando el contacto entre los huesos.
Algunas articulaciones son rígidas como las de los huesos del cráneo, o presentan movilidad escasa, como en la unión del pubis, mientras que las diartrosis o articulaciones sinoviales son móviles, están unidas por un cartílago liso y lubricadas por un fluido denominado liquido sinovial, que facilita el deslizamiento. Este último tipo de articulación es el más frecuente en las extremidades y el que tiene mayor riesgo de lesión y de desgaste.
La estructura del cartílago de la articulación puede debilitarse por distintos motivos, haciéndose más fino y apareciendo dolor por rozamiento de los huesos. Puede haber un desgaste del cartílago de tipo degenerativo, causado por el paso del tiempo o por secuelas de fracturas. Este tipo de desgaste puede prevenirse con unos hábitos de vida saludables, como mantener un peso adecuado para no sobrecargar las extremidades, realizar actividad física moderada a diario, evitar las grasas saturadas y consumir suficientes proteínas, en calidad y cantidad. Las lesiones traumáticas, como golpes y caídas, también pueden ser la causa del desgaste del cartílago articular. En ambos casos se producen síntomas como el dolor, incapacidad para flexionar o extender completamente la articulación, inflamación y entumecimiento.
Para tratar el desgaste de la articulación de forma eficaz se han de tener en cuenta dos frentes de acción: calmar el dolor y recuperar la estructura del cartílago. En muchas ocasiones se trata solo el dolor, el síntoma, pero si el cartílago no se recupera y se “alimenta” para que su estructura se mantenga en buen estado, es muy probable que el problema se repita de forma periódica.
La glucosamina, como principal constituyente del cartílago, acompañada de la condroitina y el Metil Sufonil Metano (MSM), el ácido hialurónico y el cartílago de tiburón son los principales suplementos recomendados para regenerar y mantener el cartílago.
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